El Bitcoin
Por José A. Fonseca
viernes 7, julio 2017
Aún cuando el objetivo de ésta columna ha sido brindar un pequeño espacio educativo sobre tópicos del mercado de valores, resulta casi imposible no escribir acerca del bitcoin, un fenómeno que ha interesado a muchas personas como alternativa de inversión.
Recientemente el Banco Central y la Superintendencia de Valores alertaron a la comunidad sobre los riesgos de invertir en este tipo de instrumentos, queremos reflexionar sobre estos riesgos y sobre algún detalle adicional acerca del Bitcoin.
Empecemos diciendo que en los EEUU no existe consenso entre las agencias gubernamentales sobre qué es el Bitcoin, el IRS lo considera un activo, la CFTC lo considera un commodity y el Tesoro Americano lo considera una “cripto moneda”. Aunque la FED no se ha pronunciado sobre que es, ha indicado claramente que no tiene autoridad de supervisión sobre el Bitcoin y ha instado a los Gobernadores de Bancos Centrales regionales a investigar y analizar más sobre el tema.
El Bitcoin nace como una alternativa de pago electrónico sin que medien intermediarios financieros en la transacción, de forma muy similar al efectivo pero vía nuestra compleja red de dispositivos electrónicos. Para explicarlo con un ejemplo: cuando hacemos un pago electrónico en una tienda usando los métodos tradicionales, pagamos con nuestra tarjeta de crédito o de débito y acá intervienen, al menos, dos entidades financieras; la entidad financiera que nos emitió la tarjeta de crédito y la entidad financiera de la tienda que le hace el abono de la compra su cuenta corriente. Si pagamos con bitcoins, el pago va directamente de nuestra billetera virtual (que no está depositado en ningún banco) y se acredita a la billetera virtual de la tienda.
El bitcoin nace para intercambios comerciales, sin embargo, sus características de confidencialidad le han servido a una vasta red de proveedores de servicios ilícitos para evadir las cada vez más complejas limitaciones de transferencias y convertibilidad de dinero producido de forma ilícita. De forma similar, la creciente penetración como medio de intercambio comercial, así como el tamaño limitado de oferta de nuevas monedas (solo se crearán 21 millones de Bitcoins) ha causado que su valor referido al dólar americano haya estado subiendo: hace 5 años su precio era USD 5 por Bitcoin y a la fecha ronda los USD 2,500 por Bitcoin. Esta subida de precio ha estimulado a una gran cantidad de personas a ofrecer servicios de intercambio y especulación en el Bitcoin, esto ha sido al margen de cualquier regulador nacional o internacional (recientemente la SEC rechazó una solicitud de inscribir un ETF – nuestro equivalente a fondo cerrado – con Bitcoins como activo subyacente).
El corto tiempo en el que ha subido el precio del Bitcoin, unido a su altísima volatilidad, además de la escasa o nula supervisión gubernamental sugieren que estamos frente a una burbuja especulativa. Sostener ese crecimiento del precio depende de que el Bitcoin se convierta en un medio de intercambio cada vez más aceptado y creemos que resulta muy poco probable que veamos nuestra vida rodeada de pagos en criptomonedas en el mediano plazo. Aún conocemos muy poco sobre los determinantes de la demanda de bitcoins, suponemos que son inversionistas aprovechando un rally nada más. Creemos que considerar al bitcoin como una posible inversión es equivalente a considerar al casino como una alternativa de inversión, no lo haga.