Valor Nominal vs. Valor Efectivo

Por Jorge L. Rodríguez
lunes 5, febrero 2018

Al momento de adquirir un bono una de las dudas más comunes que surge entre los inversionistas es la diferencia entre el valor nominal y el valor efectivo de los títulos que va a adquirir. Vamos a explicar en este artículo y con ejemplos como se diferencian, en materia financiera, estos términos.

Existe una gran diferencia entre el valor nominal y el valor efectivo que se paga al momento de adquirir un bono.  El Valor Nominal es aquel que le asigna un emisor al bono o la deuda que desea emitir.  Esto no quiere decir que este sea el valor al cual se vaya a comercializar el instrumento.  El valor efectivo es el valor al cual se adquiere el título en el mercado, el cual depende de muchas circunstancias dentro y fuera del control del emisor.  Es importante entender la definición de cada uno de estos valores ya que nos sirven de referencia para conocer el valor real del título y en el caso de una deuda o bono el valor del interés que pagaría.

El bono tiene varias características que influyen sobre el valor efectivo a pagar al momento de negociar el mismo, lo cual hace que el cálculo del valor efectivo del bono es un poco más complejo.  El bono tiene un valor nominal el cuál es el valor adeudado por el emisor (es el valor emitido) y una tasa de interés o cupón que es la tasa de interés que debe de pagar de manera periódica o a vencimiento el emisor a los dueños de los bonos.  Luego de que el bono pasa al mercado secundario y en ocasiones hasta en el propio mercado primario (cuando se negocia por primera vez el bono) el valor efectivo es distinto al valor nominal. El primer motivo por el cual sucede esta situación se debe a que el bono diariamente va amortizando el interés o cupón que debe de pagar.  Este interés es reconocido y pagado al momento de la compra y venta del bono.  Es decir, quien adquiere le reconoce al vendedor los intereses que tiene acumulado el bono que aún no ha pagado.  Esto porque se asume que el que está comprando el bono va a tener en su posesión el bono cuando este pague intereses.  En resumen, aunque el rendimiento del bono sea similar al cupón que paga el valor nominal va a ser distinto al valor efectivo porque este último va a considerar los intereses acumulados que aún no han sido pagados al momento de negociar el bono.  A este fenómeno se le llama cupón o intereses corrido.

El segundo motivo se debe a que el rendimiento que espera el mercado y que se negocia por el bono puede ser distinto a la tasa de interés o cupón que paga el emisor.  Esta diferencia entre el rendimiento y el cupón se traduce en pagar una prima (pagar un valor mayor al valor nominal) cuando el rendimiento esperado por el mercado es menor al cupón o un descuento (pagar un valor inferior al nominal) cuando el rendimiento esperado por el mercado es superior al cupón.  El rendimiento esperado por el mercado depende de las tasas de interés del mercado en general.  Cuando el rendimiento esperado por el mercado es distinto al cupón del bono el valor efectivo del bono es distinto al valor nominal.  Por ejemplo, el Banco Central puede emitir un bono con una tasa de interés o cupón de 12% anual a un plazo de 5 años.  Sin embargo, cuando solo le falta un año para el vencimiento del bono las tasas a un plazo de un año están a un 8%.  En este momento el dueño del bono sabe que en caso de vender su bono el rendimiento que puede conseguir al mismo plazo que le queda a su bono es de 8% y los clientes interesados en invertir a un plazo de un año reconocen que las tasas a este plazo son de 8%.  En este caso el cliente puede vender el bono con una prima.  El cliente va a vender el bono por encima del valor nominal ya que el adquiriente aun pagando una prima va a recibir el rendimiento esperado (dividiendo el cupón entre el valor efectivo pagado).  La calculadora del Banco Central explica de manera más técnica ambas situaciones para que el inversionista pueda matemáticamente verificar el valor efectivo de su inversión.

Muchos inversionistas al momento de adquirir un bono se confunden con los términos y empiezan a dudar de la negociación que realizan.  Inclusive, conozco inversionistas que por no entender las diferencias entre estos términos no compran bonos con primas.  Sin embargo, deben de recordar que esta prima no depende del intermediario de valores ni tampoco del emisor, es el mercado el que define el nivel al cual se negocia el instrumento. Los inversionistas entienden que esta prima se la está ganando el intermediario de valores cuando puede no ser este el caso.  Un ejemplo muy típico de este caso es que muchas veces en las subastas competitivas el bono se negocia a una prima o descuento desde el momento en el que nace este (pueden hacer referencia al artículo de “Cómo Participar en las Subastas”) eliminando así la teoría de que el intermediario se está ganando esta prima.  Es por estos motivos que cuando revisamos el valor en custodia de nuestras inversiones (que solo muestra el valor nominal de las inversiones) es distinto al valor del portafolio o al valor efectivo pagado por cada una de las inversiones.

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